sábado, 10 de noviembre de 2012

Histórica Chascomús


Estimados lectores, quizá les ha  parecido extraño que nuestra  sección de Histórica Chascomús se haya retrasado un poco en salir, pero hemos considerado que la Historia debe ser conocida y asimilada de a poco,  para que el reconocimiento de lugares y el recorrido de las calles que aquí nombramos, pueda realizarse con el tiempo necesario para el disfrute. . .

La Calle Buenos Aires – Parte II
¿Cómo resultó la búsqueda de los lugares mencionados en la poesía?
Seguramente no les habrá sido difícil ya que no han quedado demasiados lugares reconocibles y que, a mi modesto entender, deberían ser señalizados de alguna manera para que los turistas y las nuevas generaciones de chascomunenses sepan que allí, en su calle, se dio la gran transformación hacia el progreso.
Hoy podemos ver en el trayecto comprendido por la Av. Lastra hasta el  Boulevard Escribano la gran concentración de comercios de la más amplia variedad y hoy como ayer su arteria principal se puebla de jóvenes, y no tanto, hoy transitándola en sus motos, autos o “bicis”, de “jeans”, ojotas o alpargata y celulares en mano sin mayor preocupación que la del placer de caminar por ella.
Ayer los jóvenes de la época y sobre todo las “niñas” le dedicaban todo su afán, ya que era la “pasarella” obligada para ir a la Iglesia, a los bailes y festejos en la antigua Recova del Municipio, o simplemente llegarse hasta la mercería para ver que novedades habían llegado de Buenos Aires para así poder engalanar sus vestidos.

¿Pero por qué digo que la calle Buenos Aires era una pasarella?. Pues porque en ella también se concentraba la mayor cantidad de cafés, bares, restaurantes y el tan conocido, ilustre y mejor vidriera de la sociedad, el Club Social Cosmopolita. Desde ellos o en sus veredas, en sus ratos de ocio, los jóvenes y los maduros tenían su lugar para disertar sobre política, aunar esfuerzos para organizar y poner en marcha algún nuevo proyecto en beneficio del pueblo, o simplemente observar a las lindas señoritas que por ella paseaban, esperando como respuesta a sus galanterías, una mirada furtiva que solo se dejaba ver al compás del abanico.

Si bien la gran mayoría de los comercios estaban dirigidos a las familias más pudientes, no faltaban  aquellos que nutrían a la masa popular; los Almacenes de Ramos Generales en los que se encontraba  lo necesario, sobre todo, para la difícil vida del campo, desde la mecha para el calentador hasta la manteca fresquita para untar en un crujiente pan recién horneado. Con sus pisos de madera que hacían a modo de timbre cuando uno llegaba, no importaba si de botas o alpargatas, porque anunciaba que había “gente”. Lo mismo sucedía con las Farmacias, verdaderos laboratorios alquimistas en donde la ciencia y el saber popular se entremezclaban ,tanto para paliar un resfrío o un “empacho”, o hacer las veces de consultorio para las penas del alma (o del almanaque) recetando una buena charla , un abrazo o un “sana-sana”.
Dos de éstos maravillosos lugares que aún conservan ésta mística los podés ver sobre la calle Libres del Sur, (ex Bs. As.) las vías del ferrocarril Roca e intersección Mazzini; entrando en ellos descubrirás la simpleza de sus pisos, mostradores y escaparates en uno; en el otro, la impronta del diseño francés en las estanterías, potiches, y cortinas que separan el sector de atención al público con el laboratorio.

Así era la calle Buenos Aires, calle sin pausa pero con prisa, aquella que surge con el progreso, por el cual se necesitó también que en ella florecieran nuevos hospedajes que acortaran un poco más las fatigosas distancias de quienes llegaban en el tren; la calle que vio desfilar a las autoridades políticas, eclesiásticas y sociales al compás de la banda municipal de música acompañados todos, por un ferviente pueblo que los recibía.
Ahora bien, la calle no terminaba, ni termina, en Escribano, seguía su rumbo hasta la Av. Arenaza, nombrada así, en honor al ilustre Cónsul Español, que tanto hizo por Chascomús, convirtiéndose en la arteria de un tranquilo barrio que limitaba la zona céntrica con las “afueras” del pueblo; hoy su nombre es Libres del Sur y su límite  el predio de la Asociación Rural de Chascomús, en donde un complejo de casitas bajas nos despiden de la ciudad o nos dan la bienvenida.

Como habrán observado comenzamos hablando de la calle Buenos Aires y culminamos nombrándola Libres del Sur...; éste cambio se produjo por Ordenanza Municipal Nº 250 del 22 de Mayo de 1939; si bien no pudimos acceder a los términos de dicha ordenanza, creemos no estar errados al contarles que fue con motivo de cumplirse un siglo, el 7 de Noviembre de 1939, de la gesta histórica de LA BATALLA DE “LOS LIBRES DEL SUR”.
Una placa colocada en un ángulo de la vivienda sita en Libres del Sur y Lastra recuerda a la vieja calle Buenos Aires.
Recorriendo el mapa de la ciudad de Chascomús he notado, que ninguna de sus calles lleva su nombre, Buenos Aires, por lo menos en la zona urbana, sin desmedro del tan bien puesto nombre actual, ya que la historia es memoria, y todo aquello que nos la recuerde hará que siempre se mantenga viva.

Nota: Marcela Ducós - Fotografías: CT-Photo

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